En plena comarca de La Maragatería nos encontramos con el municipio de Val de San Lorenzo. Con apenas 500 habitantes, el pueblo conserva las tradiciones de esta comarca y tiene una gran historia con respecto a la industria textil.
Es por ello que ha conservado un vasto patrimonio cultural y artístico, siendo así de visita obligada si pasas por esta comarca. Te enseñaremos más sobre esta localidad, incluyendo cómo llegar, su historia, su industria, su patrimonio y también su gastronomía.
Todo sobre Val de San Lorenzo
Si vas a visitar esta localidad, debes saber lo siguiente:
- Cómo llegar
- Historia
- Centro de Interpretación Textil La Comunal
- Iglesia Parroquial
- Gastronomía
Cómo llegar
Para llegar a Val de San Lorenzo, lo puedes hacer fácilmente desde León. Si estás dispuesto a pagar peaje, coge la autopista AP-71, que te dejará en la localidad en unos 40 minutos aproximadamente. Cerca de la estación de servicio, toma la salida 326 para LE-5425 y llegarás a la localidad.
Afortunadamente, no es obligatorio pagar peaje. Está la carretera de León-Astorga N-120, que es perpendicular a la autopista y te dejará allí en 50 minutos. En la salida 35 cerca de Astorga, te incorporas a la AP-71, pero esta vez ya sin pagar nada, pues se convertirá en la A-6. A partir de ahí, la ruta es idéntica
Historia de Val de San Lorenzo
Situado a tan solo 10 km de Astorga, esta localidad es una de las más representativas del folclore maragato. Se conoce de su existencia desde el siglo XI (aunque se han hallado restos de la Edad de Hierro y romanos) y en su origen estaba formado por los barrios de San Lorenzo, San Esteban, Santa Olaya y Ballesteros. El único que ha sobrevivido es el primero, que da nombre al municipio.
Su mayor importancia radica en la industria textil artesanal, que empezó en el siglo XVII. Lo que comenzó como vecinos tejiendo paños, pasó a una rápida industrialización en el siglo XIX para poder competir con los catalanes. En el siglo XX, se instaló la primera fábrica textil moderna. Hoy en día, todavía existen algunos talleres que fabrican textil, adaptado a los tiempos actuales, pero sin perder la esencia.
Existe un gran arraigo maragato en la zona y por ello hay ferias que lo muestran, enseñando trajes, bailes y tradiciones maragatas que se conservan hasta nuestros días.
Centro de Interpretación Textil La Comunal
En la antigua fábrica textil construida en 1920 se localiza el Centro de Interpretación Textil La Comunal. Abierto al público de martes a domingo permite conocer la historia textil de la localidad de Val de San Lorenzo y ver cómo era el proceso de fabricación tradicional. Muestra la historia de unas mantas que fueron galardonadas en la Exposición Regional de Lugo y la Exposición Internacional de París por su calidad.
La visita incluye el llamado Batán Museo, que posee uno de los telares más antiguos, aún en funcionamiento. También verás las Perchas de cardos que servían para sacar el pelo a las mantas, entre otras cosas.
Iglesia parroquial de Val de San Lorenzo
Otro lugar que no te puedes perder es la iglesia parroquial del pueblo, conocida como la iglesia parroquial de Val de San Román (pedanía de la localidad). Construida en el siglo XVIII (con torre reconstruida en el XIX), es visitable en las misas y otros actos de culto, pues aún está en funcionamiento.
De cruz latina, destaca el retablo mayor y su expositor para la adoración del Santísimo, unido a una imagen de San Román del siglo XVIII. Más adelante, se pintaron tres grandes lienzos con varios personajes bíblicos.
Finalmente, destacar la Cruz Parroquial de plata del siglo XVI y las diferentes capillas laterales en honor a San Marcos, San Antonio, Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora de la Concepción. La ermita de San Antonio de Padua posee una torre del reloj construida por Antonio Canseco.
Gastronomía
Por último, pero no menos importante, tenemos la gastronomía de Val de San Lorenzo. El pueblo posee varios restaurantes y mesones para comer, incluyendo varios platos. El más popular es el conocido como cocido maragato, que se come al revés, es decir, primero las carnes, luego los garbanzos con berza y por último, la sopa.
También se pueden degustar otros platos típicos de la zona, como los garbanzos, la bola de gallina, el rabo de ternera y diversos postres caseros. Además, destaca el buen trato de los anfitriones, que cuidarán mucho el servicio y darán la mejor comida con amabilidad y una sonrisa.
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