BAR CHURRERÍA CAROLINA (Valladolid)
BAR CHURRERÍA CAROLINA (Valladolid)
El Bar Churrería Carolina es un establecimiento ubicado en el número 16 de la Calle Gallo, en la zona postal 47012 de Valladolid. Su situación lo sitúa en una vía de la ciudad, formando parte del tejido comercial y hostelero de la zona. El local desarrolla su actividad en un horario determinado, que puede ser consultado directamente a través de su número de contacto.
La base de su oferta gastronómica se centra en dos especialidades principales. La primera de ellas son los churros y las porras. Estos productos se elaboran de forma tradicional y se sirven habitualmente acompañados de chocolate. La segunda especialidad destacada es la tortilla de patata, un plato compuesto fundamentalmente de huevo y patata, que se presenta en porciones. Además de estos productos centrales, el establecimiento dispone de una variedad de bebidas calientes y frías, así como de otras opciones de comida típicas de un bar, que complementan su menú.
El espacio interior del local está distribuido para ofrecer servicio en mesa. El mobiliario consta de ocho mesas bajas, lo que permite acomodar a un número determinado de clientes de manera simultánea. La disposición de estas mesas busca un aprovechamiento del espacio disponible. La decoración y la iluminación se han seleccionado con el objetivo de crear un entorno funcional para el consumo dentro del establecimiento.
El ambiente que se percibe en el Bar Churrería Carolina puede definirse como distendido. La interacción entre el personal y la clientela, así como entre los propios clientes, se desarrolla en un tono relajado. Este carácter del local atrae a un público diverso. Es frecuente ver en su interior a personas de diferentes grupos de edad, desde familias hasta individuos que acuden de forma solitaria. Asimismo, tiene una presencia notable de vecinos de la zona, que lo utilizan como un punto de encuentro habitual.
En cuanto a los precios, el establecimiento se posiciona con un coste medio por consumo de aproximadamente 3,50 euros. Esta tarifa media permite el acceso a la mayoría de sus productos, situando a la churrería en un segmento de precios considerado económico dentro del sector de la hostelería. El precio de los churros con chocolate, la tortilla de patata o una bebida se mantiene en línea con esta media.
La operativa del local combina la producción de sus especialidades en el propio establecimiento con el servicio directo al cliente. El proceso de elaboración de los churros y porras puede ser observado por los clientes desde el área pública. El servicio se realiza principalmente en las mesas interiores, aunque también existe la posibilidad de consumir productos en la barra o de adquirirlos para llevar.
Para establecer comunicación con el Bar Churrería Carolina, se puede utilizar el número de teléfono 648196551. A través de este medio, los interesados pueden realizar consultas sobre el horario de apertura y cierre, confirmar la disponibilidad de productos o solicitar información adicional que consideren necesaria. No se ha indicado la existencia de un sitio web oficial o perfiles en redes sociales, por lo que el teléfono se presenta como el canal de contacto principal.
En resumen, el Bar Churrería Carolina funciona como un establecimiento de restauración en Valladolid que se caracteriza por una oferta centrada en churros, porras con chocolate y tortilla de patata. Su espacio interior, con ocho mesas bajas, está configurado para un servicio funcional en un ambiente relajado. Atiende a un perfil de cliente diverso, con un precio medio de consumo de 3,50 euros, y su canal de contacto es el teléfono 648196551.

ESPECIALIDADES
- Tapa gratis con la consumición
CARTA
- CHRROS Y PORRAS CON CHOCOLATE
- TORTILLA DE PATATA
El Bar Churrería Carolina está incluido en el directorio de la guía de restaurantes «Dónde Comer Sano». Esta inclusión conlleva la posesión de un sello que acredita la adopción de determinados compromisos medioambientales. Uno de estos compromisos verificados es la gestión del aceite utilizado en sus cocinas. El establecimiento sigue un procedimiento de reciclaje de este residuo, el cual es procesado para su transformación en nuevas materias primas. Este proceso contribuye a evitar la liberación de contaminantes en las redes de agua.
La aplicación de este protocolo de reciclaje de aceites tiene una consecuencia directa en el proceso de cocinado. Al gestionar el aceite usado y evitar su utilización repetida en exceso, se limita la formación de compuestos químicos que pueden generarse cuando las grasas se someten a temperaturas elevadas de manera prolongada. De este modo, la práctica se alinea con los criterios de una cocina que prioriza la eliminación de sustancias potencialmente nocivas.
