Historia y características del Castillo de Portillo

En la provincia de Valladolid y en el municipio del mismo nombre, localizamos el castillo de Portillo. También conocido como el castillo de los Condes de Benavente, es un edificio declarado como Bien de Interés Cultural, estando bastante bien conservado a pesar de los años. 

El castillo se visita los fines de semana y festivos en un horario de 11:30 a 13:30 y 17:30 a 20:00. En algunos casos, se puede concertar una visita un día de diario si se llama por teléfono. En cualquier caso, antes de visitarlo te vamos a contar más sobre él, explicándote su historia, arquitectura y las diferentes partes del mismo. 

Todo sobre el Castillo de Portillo

Si vas a visitar este lugar, debes saber lo siguiente:

  • Historia
  • Arquitectura del castillo
  • Patio de armas y pozo
  • Torre del homenaje
Castillo de Portillo
Autor | Ingolll 

Historia

Al contrario que otros, el castillo de Portillo es de más reciente construcción que otros de la zona. La Villa de Portillo fue pasando de unos señores a otros debido a las luchas internas, siendo el castillo una fortaleza construida en 1370 sobre un cerro. En el siguiente siglo, se usaría como prisión de Álvaro de Luna hasta que fue ejecutado. 

Después de más luchas internas en el siglo XV y de pasar de un lugar a otro, llegaría el reinado de Enrique IV de Castilla. Ahí se produciría la restauración por parte de Rodrigo Alonso Pimentel, que sería el nuevo señor. Construiría la muralla, el patio de armas y el pozo, así como sus salas subterráneas y escaleras de acceso.

El castillo fue propiedad de los Benavente hasta el siglo XVII, pasando después a la casa de Osuna y finalmente propiedad del Estado en el siglo XIX, que lo subastará a Bonifacio Taboada, párroco de Arrabal de Portillo. Después de pasar por varios dueños como Pío del Río Hortega, pasaría a la Universidad de Valladolid, actual propietario. 

Arquitectura del Castillo de Portillo

En la actualidad, el edificio está restaurado de forma parcial y se puede visitar. Al hacerlo, lo primero que destaca es su planta cuadrada, que está presente en el edificio y en la barbacana o recinto exterior. Ambos están coronados por almenas y merlones de 2 metros de altura. 

En su origen, poseía tres puertas, una al norte, una al oeste y otra al sur, que estaban protegidas por cubos. La puerta principal es la de oeste, en la zona de la torre del homenaje. 

Una de las partes más valoradas es la planta baja del recinto inferior, ya que data del siglo XIV. En su origen, fue construído por arcos apuntados y bóvedas góticas sobre arcos fajones. Por otro lado, las aspilleras de los muros tienen una forma recta y cruciforme, para poder tirar con arco y ballesta. 

Rodrigo Alonso Pimentel comenzaría las reformas más importantes, como la barrera exterior, el pozo del patio de armas y más aspilleras de muros con forma circular para poder usar arcabuces.

Patio de armas y pozo

El patio de armas del castillo de Portillo está relativamente bien conservado. En su origen, se rodeaba de galerías con arcos campanales, pero solamente queda el del lado este. Aquí se encontraban las dependencias del castillo y una escalera para acceder a las partes superiores en la parte oeste. 

A los laterales, estaban las estancias del mismo, como por ejemplo los salones. Se conservan los restos del rastrillo de la segunda puerta de acceso. Lo que no se conservan son los restos de una capilla que se cree que existió. 

Alfonso Pimentel mandó hacer un pozo de más de 30 metros. Situado en la parte central del castillo, se puede acceder a él por el ala norte mediante una escalera de caracol. Se puede visitar la parte inferior, así como las cámaras abovedadas. 

Torre del homenaje del Castillo de Portillo

Finalmente, destacamos la torre del homenaje del castillo. Es una imponente torre de 28 metros de altura y 13 de grosor. De decoración exterior sobria y con pocos adornos, destacan una ventana gótica conopial y escudos de armas de la familia Benavente. 

Lo más destacado es su parte inferior por su antigüedad, incluyendo la sala real. En su día, tenía una función defensiva, para impedir el acceso a los enemigos. Si lograban hacerlo, la disposición de la escalería le impediría sacar su espada rápidamente.

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